martes, 3 de septiembre de 2013

Fin de mi quinta etapa (Indonesia)


Qué poco me ha gustado Jakarta...mucho ruido, coches, calles llenas de agujeros, sin aceras, con mucha contaminación...y para colmo hoy, de despedida, en el restaurante al que he ido a cenar, después de llevar todo el día sin comer nada, he visto dos ratas enormes que me han quitado las ganas de terminarme mi nasu goreng..y eso que estaba picante a más no poder, incluso después de haber enseñado al camarero un papel donde estaba escrito en indonesio, "picante no, por favor". De Bali, en cambio, me quedo con todo, (excepto con Denpasar)...es un lugar hermoso para pasar unos días desconectando de todo, descubriendo paisajes maravillosos y respirando cultura y tradición...


 Con niños en una escuela en Bali
Antes de llegar a Indonesia tenía la idea de que me iba a resultar más difícil conocer gente y poder entablar conversaciones, sobre todo a causa del idioma y, quizás también por la diferencia cultural. De nuevo, las ideas preconcebidas que uno tiene se esfuman al comprobar que se puede conectar fácilmente con los demás si dejamos de lado las diferencias y nos centramos en lo que nos une, que, normalmente, es más que lo que nos separa.
He conocido en este país a gente encantadora, amable, generosa, y hemos conversado sobre inquietudes, sueños y lo que para cada uno es importante… y eso, he podido comprobar, no conoce fronteras, ni razas, ni religiones…
 
Con Hanna, (Inglaterra) y con chicas 
indonesias en el Museo Wayang
Cenando en Jakarta con amigos 
de diferentes países, (Canadá,
 Alemania, Inglaterra)
Con Yuni, en Bali
 Cenando con amigos de Nueva 
Zelanda y España en Amed,(Bali)
 Con Eka en Bali

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