Campesina, Sapa, (Vietnam)
Pero hay otra cosa que comparten en otros países "menos desarrollados",
muchísimo más que en nuestras sociedades más "ricas". Es algo muy
valioso, que todos apreciamos mucho y que todos tenemos y podríamos dar a
los demás de forma más generosa: el tiempo. Me he encontrado con mucha
gente, en la calle, por ejemplo, que me ha regalado mucho tiempo para
hablar conmigo, regalarme una sonrisa, explicarme y orientarme,
invitarme un café o té, incluso acompañarme a mi destino, simplemente
por el hecho de compartir y conversar. Sin mirar el reloj ni mucho menos
el móvil. Me da qué pensar, sobre nuestra sociedad civilizada, donde
siempre vamos con prisas y corriendo, donde a veces estamos físicamente
delante de un amigo y estamos en otra conversación a la vez con el
móvil, estamos oyendo, pero no escuchamos, nuestra mente está en varios
sitios a la vez... ¿Cuántas veces
nos paramos por la calle a hablar con alguien que no conocemos o a
ofrecerle muestra ayuda? ¿Cuánto tiempo dedicaríamos a un extranjero que
necesita ayuda? ¿Acompañaríamos a alguien perdido o que tiene problemas
con el idioma a su destino? En esa reflexión, a mí, desde luego, me
queda mucho por cambiar, me he dado cuenta de que no querría perder esa
capacidad de "re-conocer al otro", tomar tiempo para dedicar a los
demás, para compartir y ofrecer una sonrisa, mirar a los ojos y "ver de
verdad"... Creo que de ahí parte la verdadera generosidad, dar a los
demás lo más valioso para nosotros: nuestro tiempo.
Tam Coc, (Vietnam)
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