lunes, 15 de julio de 2013

El Amazonas, donde nace la vida...

En Perú, Iquitos es la puerta de entrada al Amazonas. Cuando llegas a Iquitos te das cuenta de que has llegado a otro mundo. A mí me ha resultado una ciudad aplastante, (y no me refiero sólo al calor)... Es una ciudad que aturde los sentidos: es hiper ruidosa, tiene unos 500.000 habitantes, pero más de 60.000 mototaxis, de todos los colores, que no paran de pitar y que circulan a toda velocidad en un caos aparentemente organizado, (aunque yo no haya logrado entenderlo). Estos grandes abejorros de metal van impregnando el aire con un olor a gasolina nauseabundo, (se nota que hay mucho petróleo en esta zona y es barato, por la alegría con la que lo gastan...). Ahora bien , como si de un purgatorio se tratase, todo se le perdona a Iquitos al entender que es la puerta de entrada al paraíso.
Atardecer en el Amazonas
Para llegar al Amazonas debes llegar a Nauta y previamente a Iquitos, (sólo se accede a estas poblaciones por barco o avión). Y, una vez en la selva, ya has conocido una de las grandes maravillas de la Naturaleza. En mi caso han sido tres días totalmente desconectada de la vida moderna, en un refugio en la selva, sin agua caliente, con electricidad sólo dos horas al día con un generador, con comida hecha con leña....pero, eso sí , conectada con la Naturaleza, los animales...y conmigo misma. En el refugio tan sólo estábamos Erison, (el dueño), Mary (la cocinera), Pancho, (el guía), Mario, (el barquero, ya que sólo se podía acceder al refugio en una barquita pequeña, que ellos llaman "peque-peque") y yo.
Junto a un seibo en la selva del Amazonas
Ha sido una experiencia increíble: adaptar el ritmo de tu día al sol, pasear, observar y escuchar atentamente la selva, aprender de Pancho los remedios medicinales que los indígenas obtienen de los árboles y plantas, los sonidos que emiten los animales para cazar, defender su territorio o reproducirse. He visto delfines rosados y grises, caimanes, serpientes, tarántulas, sapos gigantes, pirañas, gavilanes, halcones, osos perezosos,... 
Amanecer en el lago Piraña, Selva del Amazonas
También he aprendido a pescar, ejercitando mi paciencia, y he disfrutado tumbada simplemente en una hamaca mirando al Amazonas.
Es maravilloso darte cuenta de que todo lo que necesitamos para vivir y ser felices ya nos lo da la Naturaleza.
Cenando una piraña pescada por mí en el Amazonas
Recomendaciones:
* Hospedaje en Iquitos: Casa Pascana, calle Pevas, 133.
* Tour operador: Pascana Amazon Services, (Refugio Piranha)www.pascana.com


6 comentarios:

  1. jolines qué pasada debe de ser...

    ResponderEliminar
  2. Sí, es impresionante... me ha impactado mucho.. cuando conectas con esto te das cuenta de las maravillas que nos rodean y de que todo es perfecto en la Naturaleza...

    ResponderEliminar
  3. KE PASADA!!!!!!!!!!!!! Muero de envidia!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Sí, los colores del Amazonas son increíbles, no había visto jamás un atardecer así..

    ResponderEliminar
  5. Qué bonito Noelia! Tienes toda la razón...por mucho que pueda hacer el ser humano, nada se compara ni nos llena como lo que nos encontramos en la naturaleza...que bien!

    ResponderEliminar