martes, 28 de agosto de 2018

Reflexiones de una viajera en China (II)




Vuelta a casa con la mochila llena hasta los topes de cosas que llenan mucho y pesan muy poco. De ésas que voy a tardar bastante tiempo en asimilar por lo intensas pero que luego quedarán para siempre en la memoria. De ésas que te transforman y hacen que nunca seas la misma persona que cuando empezaste el viaje. Historias, imágenes, conversaciones, risas y experiencias que, yo creo, me ayudan a conocerme más a mí misma y a descubrir un poco más sobre el mundo y los demás. Aprendizajes que no puedo pagar con dinero. Que somos responsables de contrastar los prejuicios que a veces tenemos sobre los países o sobre las personas antes de generalizar alegremente. Que a veces la buena/mala imagen o la propaganda sobre un país (o la ausencia de ella) depende de las relaciones exteriores o políticas entre países. Que la opinión pública, desgraciadamente, se puede manipular fácilmente. Que en este lado del mundo, (culturalmente quizás más gregario, menos individualista), el "compartir", (espacio, comida, o lo que se tercie) se practica más frecuentemente que por nuestros "barrios". Que hace tiempo que China pasó a ser, con razón, un gigante económico poderoso, tecnológicamente pionero y que nos da mil vueltas a los "países desarrollados" en innovación y capacidad de desarrollo. Que las etiquetas de "régimen comunista" habría que revisarlas o redefinirlas, aún sigo sin entender a qué se refieren aquí. Que se puede ser un país híper poblado y que gran parte de la población pueda tener las necesidades básicas cubiertas, incluso que gran parte de la sociedad disfrute de un poder adquisitivo medio o alto, (basta con hacer llegar los recursos al pueblo y penalizar de forma drástica la corrupción política... Aunque en mi opinión sea mejor suprimir la pena capital, pero sí imponer un castigo suficiente que disuada...).




Que, al final, no se me da tan mal interpretar mapas, y algo he desarrollado mi orientación espacial, (aún me queda recorrido). Que cada vez que me monto en un teleférico me hago más grande y hago más pequeñito mi pánico a las alturas. Que aquí también las personas, aunque parecen tan diferentes, cuando las conoces más allá de la superficie, tienen las mismas inquietudes y valoran las mismas cosas que en cualquier lugar del mundo. Que también aquí hay mujeres luchadoras, valientes, empoderadas que quieren elegir y vivir su propia vida, no dejarse imponer las ataduras de su sociedad y decidir su destino. Que a veces en algunos lugares estas mujeres cultural y socialmente lo tienen más difícil que otras. Que, al fin y al cabo, es más lo que nos une que lo que nos diferencia.
Que todavía hay países que ni siquiera sé que existen y donde hay gente maravillosa.



Y también que, la mayor parte de las veces, los miedos están sólo en la cabeza, ("me perderé?", "me podré hacer entender?", "me podré comunicar?"...). Que esos miedos tan sólo quieren avisarme de cosas y que lo que importa es lo que yo decido hacer con ellos. Que, al final, si confías, todo fluye, todo está bien.
Comparto con vosotros algunos momentos con la gente maravillosa y nuevos amigos con los que he compartido camino...
#reflexionesdeunaviajera
#viajeaitaca
#travellingwakesupthespirit

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